martes, 20 de julio de 2010

VISITANTE NON GRATA


Eran las 00:30 de la noche del domingo al lunes. Me acosté a dormir porque me encontraba muy cansado después de haber celebrado el cumpleaños de Perseguida el sábado.


De repente, cuando ya estaba conciliando el sueño, algo en mi interior me dijo que me tenía que levantar y entrar al baño del pasillo. Y así lo hice. Encendí la luz, me coloqué las gafas y me puse las zapatillas. Salí de mi habitación y encendí la luz del baño pequeño. Miré al suelo y...


QUE ASCOOOOO!!!!!!

HIJA DE LA GRAN P*******!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mi nueva compañera de piso.




Allí estaba ella, mirándome con sus asquerosos ojos y moviendo sus asquerosas antenas. Me miraba como diciendo:


- Sé de tu fobia hacia nosotras. Jódete! He invadido tu casa!!!


Rápidamente cerré la puerta, cogí la toalla de manos del baño de mi habitación, y la coloqué en el suelo, pegada a la puerta del baño del pasillo, para que la muy hija de la gran no pudiera salir de ahí.


Me acosté un poco acoj... asustado, porque desde hace muchos años, desde que vivía en mi primera casa, desarrollé un pánico infernal hacia estos asquerosos bichos (lo que se viene denominando un trauma infantil-cucarachil)


Al día siguiente, ayer, al salir de trabajar, me dirigí a un supermercado. Tenía en mente comprar todo tipo de productos contra las cucarachas, pero primero se me ocurrió darme una vuelta por TODOS los pasillos del supermercado...



- Ay, qué jardineras más bonitas para mi balcón. Son verde pistacho como la mesa!!!

Al carro.

- Ay, qué vajilla más chula! Es verde y rosa, y hace juego con las cortinas de mi cocina!!!

Al carro.

- Ay, qué escurridor de cubiertos más original. Y es de acero! así lo cambio por el de madera que tengo, que es muy feo.

Al carro.



En fin, cuando llegué al pasillo de los insecticidas, apenas quedaba espacio en mi carro para meterlos...


- Mmmm, trampas para cucarachas... Spray insecticida... ¿qué compro?


Como la decisión era complicada, decidí comprar las dos cosas.


Al llegar a mi casa, leí las instrucciones de las trampas.


Con estas maravillosas trampas cucarachiles, estos asqueros seres realmente desaparecen. Gracias a su trampa doble, los insectos entran, comen el veneno y, al volver a su nido, contaminan al resto de sus compañeras y a sus huevos.

- Emmm, esto... Espera un momento... ¿NIDO???? COMPAÑERAS!!!!??????? HUEVOS????????????????????

AY DIOS!!! MI CASA ES UN NIDO DE CUCARACHAS!!!!


Preso del pánico, abrí las trampas. Seguí rápidamente las instrucciones de uso.


Coloque 4 trampas en la cocina.

- Cuatro trampas????? Para una cocina de 7 metros cuadrados?????



Coloque en el baño las siguientes trampas: una detrás del inodoro, otra al lado de las tuberías de lavabos o bidets, y otra al lado de cualquier grieta susceptible de acomodar un nido.

- Mmm, creo que con una sola trampa me basta para mi baño de 3,5 metros cuadrados...



Finalmente, llegó el momento de la verdad. Tenía que abrir la puerta del otro baño para proceder al exterminio del asqueroso bicho...


Cogí el spray y lo agarré con fuerza, por delante de mí, cual policía del FBI en una película americana. Así el agarrador de la puerta, conté hasta tres y me decidí a abrirla...

PERO NO ME ATREVÍ...


Respiré, volví a contar hasta tres y abrí de golpe!!!!


- Maldita hija de la gran p***!!!!! MUEREEEEEEEEEEE!!!!!!!



Empecé a rociar de spray todo el cuarto de baño, dejándolo bien apestado de spray anti-cucarachil. Volví a cerrar la puerta. Cogí la última trampa cucarachil, abrí de nuevo y la tiré dentro del aseo (sinceramente me daba igual donde cayera). Cerré lo más rápido que pude.


Al cerrar, cogí de nuevo el spray y leí las instrucciones.


No rocíe el aire con este spray. No causará ningún efecto. Aplíquelo sobre las superficies indicadas.

- Jo! ¿Tengo que volver a entrar ahí?


Volvi a abrir la puerta, rocié un poco el suelo y el water y salí corriendo, víctima de un ataque de pánico por la apestosa cucaracha salí cual velocirraptor a por mí.


- ¿Que no lo rocíe en el aire? Anda a la mierda!!!!!


Mantuve la puerta 2 cms abierta y gasté el bote entero de spray.


- No servirá de nada echar un poco en el aire, pero seguro que gastar el bote, SÍ!!!!

2 comentarios:

Dante dijo...

Y que un hombretón como tú se vuelva loco por una cucarachita... lo grave no es eso, lo grave es que lo cuentes!
PD: Ahora me he quedado con la intriga de qué paso con la maligna enviada del diablo en forma cucarachil...

Anónimo dijo...

No he podido evitar asociar tu post con una pelicula "el cuchitril de joe" realmente repulsiva y llena, llenísima de cucarachas..... creo que viendo esa peli te darás cuenta de que una no es para tanto....

joer! ¿tanto te costaba pisarla?.....

Besos desde ct!