sábado, 22 de noviembre de 2008

10 AÑOS DESPUÉS

10 años es un periodo de tiempo corto o largo, según de lo que se hable… 10 años sin ver a una persona, son muchos años…


Diez años después de haber acabado el instituto, a algunos de mis antiguos compañeros de promoción se les ocurrió organizar una cena, al más puro estilo Beverly Hills 90210… Diez años sin ver a ciertas personas, diez años de vida… SON DEMASIADOS!!!!

Bueno, la chupipandi ha estado más o menos unida durante estos 10 años… unos nos hemos visto más, otros menos, y a otros… que les den!!! (la chupipandi tampoco podía ser perfecta, ¿no?).
Después de 213 tiendas recorridas para llevar algo que no fuera muy elegante, pero tampoco muy casual, encontré el modelito para esa noche:
- Arándano, me encanta como vas –me dijo mi Primera-amiga-en-casarse.
- ¿A que mola la camisa? Tiene brillitos!!!


A la llegada al restaurante, debo reconocer que los nervios empezaban a surgir en mi…
- ¿En qué mesa me habrán puesto? Y lo más importante… ¿Con quién?
- Arándano, tú estás en la mesa 3.
- A ver, déjame que vea quién más hay en mi mesa… Jo, con ellos no porfa… nunca he tenido nada en común con ellos… ¿por qué lo iba a tener ahora?


Bueno, entrada al restaurante fue, pues bien, habrá gente que dirá “emotiva”… yo no sé cómo calificarla… mejor le describo y ya está.

Al entrar estaba la mesa de los Frikis y Los-que-me-cayeron-siempre-mal.
- Hombre, Arándano, cuantísimo tiempo sin verte!!!
- Hola (pedazo de falso! Sigues vivo por suerte para ti y no para mÍ
), ¿qué tal te va?

Yo pensaba saludar a la gente en plan general, pero no, parecía que se había impuesto un protocolo por el que había que abrazar y besar a todo el mundo…
- Qué alegría volver a verte!
- Si, si, yo también estoy alegre (no quepo en mí del gozo… no te jode!)
- Dame un abrazo hombre! Que no se diga!!!
- Claro que si (aunque nunca significaste nada para mí, de hecho no sé ni cómo te llamas…)


Cuando mis manos habían casi desaparecido por el desgaste después de tanto apretón, y mis mejillas y labios estaban ya erosionados de los besos al saludar, conseguí, por fin, llegar a mi mesa…

Menos mal que mi olvidadiza memoria me había permitido recordar a todos los de mi mesa… bueno, había un chico en la mesa de al lado de quien no recordaba el nombre… se puso a hablar con Diego-Canarión, y cuando se fue, le pregunté a Diego-Canarión:
- Oye, el chico que acaba de hablar contigo, ¿quién es? ¿Sé que iba conmigo en 1º de BUP, pero no me acuerdp de su nombre…
- Ah! Pues se llama Alfonso… Y ES MI PRIMO
- Jejeje, pues fíjate, ese detalle también lo había olvidado… (menos mal que no lo he criticado...)

Ya decía yo que la noche estaba pasando sin ninguna metedura de pata por mi parte. Si es que mi torpeza se estaba haciendo ya de rogar…
- Hay que repetir esto cada diez años eh??? -decían muchos…
- Vale… qué guay! Un reto para mi memoria… si con 28 años me cuesta reconocer a alguno que otro, imagina dentro de 10 años, con 38 años cada uno, cuando empiecen a faltar o sobrar cosas (calvas, canas, barrigas, cartucheras, arrugas, y destrucciones corporales varias, así, en general)


Tras la cena, nos habían preparado una pequeña fiestecilla en el bar que había en una de las plantas superiores del edificio (muy bonito, por cierto). Al preguntar en la planta en la que estaba el bar, algún gracioso de cuya madre no quiero acordarme, nos dijo que en la última, asi que allá que subimos nosotros a la última planta… apretamos el botón 6, y mandamos al ascensor de nuevo a la planta baja, para que la gente siguiera subiendo…
- Oye, en esta planta no hay nada…
- Será más abajo…
- Pues ahora a ver quién nos manda el ascensor…
- Mira, ¿por qué no bajamos por las escaleras de emergencia?
- Buena idea!!!


¿¿¿¡¡¡BUENA IDEA!!!???

Sí, tremenda la idea… Bajamos por las escaleras de emergencia hasta la planta 4º… y por el cristal se veía el bar… Masa se dispuso a abrir la puerta y…. CERRADA!!!!!!
- Ups! Está cerrada… Hay que volver a subir…
- Ejem… La de arriba también está cerrada…

Qué ilusión! Atrapados sin salida en las escaleras de emergencia de un complejo de oficinas… Menos mal que se inventó el móvil y gracias a él, Primera-amiga-en-casarse, que se encontraba al otro lado de la MALDITA-PUERTA-DISEÑADA-PARA-NO-ABRIRSE-DESDE-FUERA, nos salvó.

Bueno, luego copas en el bar, y con ellas, las confidencias, las soluciones de problemas surgidos en el instituto, las aclaraciones y un largo etcétera de memeces impropias de personas de 28 años… Pero es que, durante una noche, todos volvimos a tener 18 años

(Dios! Qué parrafada monísima pero repulsiva acabo de soltar… me estoy dando miedo…)

1 comentario:

La Campos dijo...

Actuó Leticia Sabater en tu fiesta de la Chupipandi?